Las principales características de una nube privada incluyen:
Infraestructura Single-Tenant: En una nube privada, toda la infraestructura está dedicada exclusivamente a un solo cliente. Esto contrasta con la nube pública, donde los recursos se comparten entre múltiples clientes. La infraestructura single-tenant permite una personalización y configuración más específica según las necesidades del cliente.
Acceso Completamente Aislado: Los entornos de nube privada están diseñados para garantizar que los recursos y datos del cliente estén completamente separados de los de otros usuarios o clientes. Esto proporciona un mayor nivel de aislamiento y control sobre la seguridad y el rendimiento.
Costes Controlados en el Tiempo: Aunque la inversión inicial en una nube privada puede ser más alta que en una nube pública, el coste total de propiedad a largo plazo puede ser más predecible y controlado. Los costos operativos y de mantenimiento son más fácilmente gestionables, y se pueden planificar con mayor precisión.
Alta Visibilidad y Control sobre la Infraestructura: Las nubes privadas ofrecen una visibilidad completa sobre la infraestructura y el entorno de TI. Los administradores tienen control total sobre los recursos, las configuraciones y la gestión del rendimiento, lo que facilita la optimización y el ajuste según las necesidades del negocio.
Mayor Nivel de Seguridad y Privacidad: Al estar dedicada a un solo cliente, la nube privada proporciona un entorno más seguro y privado. Las medidas de seguridad se pueden personalizar para cumplir con los requisitos específicos del cliente, y el riesgo de exposición a vulnerabilidades de seguridad compartidas se reduce significativamente.
Estas características hacen que la nube privada sea una opción atractiva para organizaciones que necesitan un control y una seguridad más estrictos, así como para aquellas que buscan una solución.
Los entornos de nube privada ofrecen la opción más segura, versátil, potente y rentable para una variedad de aplicaciones, incluyendo:
- Aplicaciones corporativas: Facilitan un alto rendimiento y seguridad para las operaciones empresariales.
- Comercio electrónico y sitios web con mucho tráfico: Garantizan la estabilidad y la capacidad para manejar grandes volúmenes de tráfico.
- Plataformas de computación y procesamiento de datos: Proporcionan la potencia necesaria para análisis intensivos y operaciones de datos.
- Servicios de SaaS, PaaS e IaaS: Permiten una integración eficiente y una gestión optimizada de servicios en la nube.
- Datos y aplicaciones de misión crítica: Ofrecen un entorno de alto rendimiento, disponibilidad y seguridad.
En resumen, la nube privada es el modelo de despliegue preferido para alojar datos y aplicaciones que requieren un nivel elevado de rendimiento, disponibilidad y seguridad.
